El año 2021 será recordado, entre otras cosas, por los fenómenos meteorológicos extremos que causaron numerosos daños materiales y personales.
Según el reciente informe de la organización benéfica Christian Aid, los 10 desastres climáticos más devastadores en 2021 fueron el huracán Ida (EE.UU., 65.000 millones de dólares), las inundaciones europeas (43.000 millones de dólares), la tormenta de invierno de Texas (23.000 millones de dólares), las inundaciones de Henan (China, 17.600 millones de dólares), la ola de frío francesa (5.600 millones de dólares), las inundaciones de la Columbia Británica (Canadá, 7.500 millones), el ciclón Yaas (India, Bangladesh 3.000 millones), las inundaciones australianas (2.100 millones), el tifón In-fa (China, Filipinas, Japón, 2.000 millones) y el ciclón Tauktae (India, Sri Lanka, Maldivas, 1.500 millones).
Algunos fenómenos meteorológicos han afectado también gravemente al mercado agrícola en 2021 al perjudicar las cosechas en importantes zonas de cultivo. En Francia, más del 80% de la cosecha de vino en la región del Ródano y el 50% en Borgoña podría haberse destruido a causa del invierno cálido y la ola de frío de primavera.
España experimentó su mayor nevada desde 1971. En la región de Murcia, que suministra el 80% de los productos frescos de Europa durante los meses de invierno, los precios de algunos productos se incrementaron entre un 100 y un 150% en un par de días durante enero de 2021.
En julio de 2021, la peor ola de frío polar azotó Brasil, llegando hasta el centro del país, en el estado de Goias. Debido a las condiciones climáticas desfavorables que afectaron a las principales regiones productoras de agricultura en Brasil, se espera que el volumen de producción y rendimiento de los principales cultivos: café, cítricos y caña de azúcar, disminuya al final de la temporada.
Los expertos debaten si estos fenómenos meteorológicos forman parte del proceso de cambio climático o no, pero la mayoría de ellos coinciden en que es muy probable que continúen en los próximos años. Como productores, no podemos hacer nada contra los grandes fenómenos como pueden ser los huracanes, pero sí podemos ayudar a la planta a fortalecerse para superar el estrés abiótico de los fenómenos climáticos menores, como son las olas de calor o frío o las inundaciones. Una forma de fortalecer la planta es aplicar bioestimulantes. Durante y después del estrés abiótico, los bioestimulantes ayudan a la planta a recuperar su metabolismo, y a reactivar los procesos bioquímicos y la síntesis de enzimas necesarias para el crecimiento. Por esta razón, Haifa ha desarrollado la línea de bioestimulantes Haifastim y Poly-Feed Stim, una línea de fertilizantes NPK solubles + bioestimulantes para su aplicación en fertirrigación.